Racismo y Cosmovisión Cristiana

Por: Franklin mosquera

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El hombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios (Gen 1:26) pero entendemos que este hecho de ser coherente bajo imagen de Dios es dinámica en la medida que el hombre mantiene su relación personal con Dios, que es personal. Sin embargo, por el efecto de la caída (Gen 3:6) el hombre afectó esta condición de relacionarse con Su creador,  derivando para sí, la condenación por haber transgredido el mandato de Dios en el huerto del Eden.

Sabemos que esto trajo como consecuencia una afectación total en el Ser del hombre. Esto es lo que los teólogos reformados han denominado  “La Corrupción Radical” o “Depravidad Total”

La afectación del pecado en el hombre tuvo un impacto negativo en cuatro (4) de las dimensiones de su relación:

  1. Su relación con Dios
  2. Su relación con la naturaleza
  3. Su relación con Su mujer (inc. El prójimo)
  4. Su relación consigo mismo

Al ser afectadas estas dimensiones que explican al ser humano como imagen y semejanza de Dios, lo deja desprovisto de su fundamento y propósito real para el cual fue creado, que es darle gloria a Dios y bendecir a su generación. Y Aunque sabemos que el hombre por el solo hecho de ser hecho a imagen de Dios aún conserva esta dignidad como tal, entendemos que desde el punto de vista legal está en un estado crítico y deplorable frente a la justicia de Dios. Eso abonado también a que su ser ha sido dañado de manera integral como consecuencia del pecado original y de la vida de pecado que se generó a partir de la caída. Es por eso que el plan de redención de Dios manifiesto en Génesis 3:15 a través de la persona de Jesucristo es el único medio para que el hombre sea justificado y saldar la cuenta legal pendiente con Dios a través de la Fe en Jesús

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¿Por qué hablamos entonces de una Cosmovisión bíblica frente al racismo?

Porque debemos entender que esta situación en sí no se deriva de un punto de vista particular de aquellos quienes poseen un tono de piel más oscura que el resto de la población mundial, ni tampoco hablamos del legado social denigrante  producto de la esclavitud deshumana de los negros traídos del áfrica para las labores en plantaciones, minas y trabajos forzados en América. No, en este punto nos referimos al origen en sí del pecado del hombre una vez que desobedece a Dios y afecta las 4 dimensiones de relación como ya vimos y que  nos indica el autor del libro.

Esto significa, que los pequeños relatos que describen la ideología de género, el feminismo, el panteísmo, el animalismo y por supuesto, lo último en boga la diversidad e inclusión como los movimientos  “Black Lives Matter “ no son más que la manifestación del corazón caído del hombre y que  demuestra la rebeldía contra el mandato cultural y de relación contra Dios. El racismo es real y no podemos taparlo, pero no debemos perder de vista que este pecado, así como el adulterio, el chisme, el robo,  etc,  son una afrenta directa contra el Señor. No se trata pues de seguir la cosmovisión mundana posmoderna sobre las  manifestaciones por discriminación en EE.UU que derivó de la muerte de George Floyd o de la segregación en Colombia que día a día se ve en inequidad de oportunidades sociales. No, se trata más bien de tener una cosmovisión bíblica sobre este hecho real del pecado del hombre para poder cumplir la gran comisión y llevar el evangelio a los considerados víctimas y victimarios (ambos sin Cristo, están en un problema legal con Dios) .


Esto es entendible si comprendemos que Dios dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza (Gen 1:26) y le dio la orden de fructificad y multiplicarse para llenar la tierra (Gen. 1:28) Según la biblia solo existe una raza (la raza humana) y esta facultad derivada de ser hecho a la imagen e Dios (ser racional, con capacidad de amar y relacionarse con su creador) fue minada por el pecado. Esto incluye que en el plan perfecto de Dios en poblar la tierra, según lo mencionan algunos teólogos y científicos de quienes se refiere   Joel Owen en su presentación en el ministerio de Respuestas en Génesis, Dios facultó en su soberanía a Adán y Eva con la capacidad genética de adaptarse a los diferentes lugares y modos de vida en el que la tierra sería poblada. Entendiendo esta realidad, es comprensible que los rasgos físicos, tonos de piel y demás diferencias dentro de la raza humana, hacen parte precisamente del equipamiento de Dios para el hombre a partir del potencial genético para cumplir su mandato cultural. Ahora bien, por la misma caída del hombre y la perversión del  corazón humano se abrió espacio a la llamada “Teoría de la Evolución” “Origen del hombre” expuesta por Charles Darwin, cuya base particular se fundamentaba en la visión de que el origen del hombre sitúa a la especie humana actual (Homo sapiens sapiens) dentro de la evolución biológica de la selección natural y la selección sexual. Esto fue lo que argumentó Charles Darwin en 1952: “En el futuro, no muy distante según lo medido por siglos, las razas civilizadas del hombre casi seguramente exterminarán y reemplazarán a las razas salvajes del mundo. Al mismo tiempo, los simios antropomorfos sin duda, serán exterminados. La diferencia entre los hombres y sus parientes más cercanos será más amplia, ya que intervendrá entre el hombre en un estado más civilizado, como podemos esperar, incluso que el caucásico, y algunos simios tan inferiores como un mandril, en lugar de lo que existe ahora entre el negro o australiano (aborigen) y el gorila” Esta forma de irrumpir en el cosmovisión mundana es la que llevó desde el principio a la escala de valores sociales de poner al hombre negro cerca del simio como parte evolutiva, mientras que en la cúspide de legitimidad evolutiva ponía al blanco lo que de ahí en adelante sería la plataforma dentro de esta cosmovisión de plantear la idea de que el negro estaría más cerca de ser animal que ser  un ser humano. La valoración de estas jerarquías bajo este modelo sería posteriormente la plataforma para el aval de la esclavitud deshumanizante del hombre negro y la incrustación de la sociedad mundana de considerar que no todos somos iguales (Raíz de la segregación y el Aparteid de EE.UU y Sudáfrica por muchos años) Como Cristianos verdaderos debemos considerar, que estas falsas teorías expuestas por Darwin, que quitan a Dios y ponen al hombre en el centro del universo, son la  desviación de la legitimidad de la creación expuesta en las Escrituras de una sola raza humana creada a la imagen de Dios, cuya redención está en Cristo a través de su Santo evangelio, para que en el hombre sean restaurada las 4 dimensiones expuesta aquí (Relación con Dios, Con la naturaleza con sus semejantes y consigo mismo)

Nuestra cosmovisión bíblica nos debe llevar a ver a esta filosofía mundana/Posmoderna como algo con lo que no podemos tener amistad (Santiago 4:4) y tener una perspectiva correcta bíblica para enfrentar el mal del racismo, así como los otros males que el mundo ha tergiversado dando soluciones a través de movimientos humanista que lo único que hace es alejar al hombre del verdadero sentido y propósito que es Dios mismo.

El evangelio  de Cristo es la solución para el pecado del hombre y este debe venir a Él en arrepentimiento y fe. La falacia de la diversidad e inclusión pensando en solucionar el problema de igualdad de las “razas” no hacen sino hundir más al hombre en su propio pecado. Es ahí donde los cristianos  debemos tener la cosmovisión cristiana correspondiente y  dar crédito exponiendo las verdades bíblicas  “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32)  “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36)

Publicado por academiacharlesspurgeon

Academia Teológica Charles Spurgeon. Iniciativa de la Iglesia Cristiana Reformada El Redentor

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